Política y comunicación: ser y parecer 2.0

El último número de la revista Campaig & Elections publicaba un artículo de Rafael Laza (Los 10 mandamientos de la Comunicación en las redes sociales) en el que se planteaba un decálogo que han de cumplir los políticos e instituciones públicas que quieran asomarse con éxito a los Social Media.

Personalmente, soy bastante reacio a pensar que las redes sociales puedan tener un papel capital en los resultados electorales, al menos a corto plazo. Pueden suponer, sin duda, una diferenciación, una ventaja comparativa… pero en ningún caso son a día de hoy un factor desequilibrante. Sobre todo si tenemos en cuenta el ridículo uso que se hace del entorno 2.0 en bastantes ámbitos políticos.

Me uno, en este sentido, al desánimo de otros observadores más avezados que como Joaquín Mouriz escribían recientemente en su blog a propósito de este mismo tema.

Lo que sí creo, no obstante, es que las redes sociales van a contribuir, de hecho lo están haciendo ya, a variar comportamientos y actitudes políticas que deberían estar ya desterradas.

Por ello, me gustaría realizar un resumen y una valoración de los principios que citaba Laza, a la luz de mi experiencia en el ámbito de la política local (primero desde fuera, como periodista; y posteriormente, desde dentro, como responsable de comunicación en una institución municipal).

1. Definir el objetivo y la estrategia. Aspecto básico en cualquier estrategia de comunicación con el propósito de establecer una ruta que nos permita siempre mantenernos dentro de las lindes del camino y en la dirección correcta, hasta nuestro destino final.

2. Habilitar los medios adecuados. Una apuesta por nuevas herramientas requiere, si no nuevos profesionales, sí nuevos conocimientos y actitudes (2.0). La nota de prensa tradicional, por poner un ejemplo gráfico, es a la comunicación actual como el fax al correo electrónico: un dinosaurio próximo a su extinción.

3. Hablar el lenguaje de la web 2.0. La propaganda como táctica, la utilización del mismo lenguaje para todos los medios y públicos o las fórmulas tradicionales de enfrentarse a la comunicación tienen que ser profundamente revisados (deberían haberlo sido mucho antes pero ahora el nuevo entorno nos desnuda y nos devuelve una imagen absolutamente fiel, y en muchos casos poco atractiva, de lo que somos).
Conceptos como cercanía, naturalidad, accesibilidad, empatía, diálogo, humildad, escucha… irán tomando lentamente el relevo.

4. Ofrecer valor añadido y creativo. Con la utilización de vídeos que informen en un tono desenfadado de la actualidad, opiniones de los miembros de gobierno a través de blogs, emisión en directo de Plenos, ruedas de prensa, presentaciones, actos públicos, etc., realización de encuestas, organización de salas de chat en medios sociales…

5. Facilitar la participación para incorporarla a la labor de gobierno, oposición… Solicitar la opinión de los ciudadanos sobre cualquier tema es cada día más sencillo. Si se quiere gobernar de acuerdo a los intereses mayoritarios de la ciudadanía ya no hay excusa.

El entorno 2.0 destruye en buena medida la vieja dicotomía del ser y parecer y hace que el aforismo de Abraham Lincoln [«Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos a algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo] siga siendo válido pero haya adquirido un distinto matiz.

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Puedes consultar otras entradas de este mismo blog que también han tratado aspectos relativos a la comunicación política y el entorno 2.0:

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