Acabo de comenzar a leer Y Google, ¿cómo lo haría? de Jeff Jarvis y, tras el primer capítulo, me he lanzado a escribir esta entrada.En el excelente análisis que, a mi juicio, realiza sobre las nuevas relaciones que se generan a propósito del entorno 2.0, no he podido resistirme a realizar un paralelismo completamente lógico, creo, entre las empresas y los clientes que cita Jarvis y los (partidos) políticos y los ciudadanos, a los que yo constantemente tenía en mente.
En las siguientes líneas se puede realizar el juego mental de intercambiar ambos pares de términos. El resultado es casi el mismo.
- Cuando somos tratados con respeto (…), como ciudadanos podemos ser también tremendamente generosos y útiles.
- Los partidos políticos deben aprender que pueden ser mejores cuando ceden el control a los ciudadanos. Danos el control, y lo utilizaremos, y tú ganarás.
- Hoy, cuando pierdes un votante, no pierdes solo al votante sino que te arriesgas a perder a los amigos de ese votante. Y gracias a Internet, a los blogs… tus votantes tienen un montón de amigos (…).
- Lo menos que puedes hacer es participar y unirte a la conversación. Aprenderás más que lo que cualquier think tank pueda decirte sobre lo que los ciudadanos piensan de tus ideas. Pero puedes dar un paso más: pregúntales qué creen que deberías hacer.
- Escucha todo lo malo que de ti se dice. A continuación, muestra cómo vas a mejorar y deja que los propios ciudadanos te ayuden.
- Siempre se ha dicho que el ciudadano tiene la razón y que es quien manda, ahora realmente es así.
- Si te implicas en entender un problema y solucionarlo, el ciudadano estará enormemente agradecido. Él, que podría haber dejado de ser tu posible votante, te está diciendo cuál es el problema e, incluso en ocasiones, cómo arreglarlo.
- En un paso más, es importante que el resto de la organización tome nota ¿Por qué temer a tus propios ciudadanos? Hay que cambiar la cultura política y centrarla en el ciudadano.
- El reto es reorganizar cada departamento de la organización alrededor de esta nueva relación con las personas, que de ciudadanos pueden pasar a ser socios.
Así, estoy seguro de que el movimiento #nolesvotes tendría aun más adeptos y todos nos lanzaríamos a los brazos del nuevo candidato.