ID-100164557_optIrene Martínez, de la empresa de software Augure, me solicitó un artículo que apareció publicado la pasada semana sobre los peligros y las oportunidades que se abren para las empresas que quieran crear y desarrollar una estrategia de identidad digital.

El texto completo lo tienes a continuación:

Vivimos en un entorno, personal y profesional, completamente nuevo. Una auténtica revolución que ha sacudido profundamente la comunicación y muchos de sus fundamentos, sin que empresas ni profesionales hayamos sido capaces aún de adaptarnos plenamente.

Por primera vez, la actitud es mucho más importante que los conocimientos. En un contexto flexible, irregular, cambiante, casi líquido, las certezas palidecen ante el peso de las incertidumbres.

Y ante esta revolución, la única alternativa es elegir cómo sumarnos, cómo contribuir al cambio: dejarnos arrastrar o elaborar una estrategia que aborde nuestras necesidades, conozca nuestros recursos y trace con claridad el lugar donde nos gustaría estar en unos meses, en unos años.

Y para ello conviene ser consciente de algunas pautas, cuyos fundamentos no deberían ser objeto de discusión:

  • Ya hay estudios que muestran claramente cómo las emociones, las experiencias y las actitudes generadas en el ecosistema digital tienen un impacto directo sobre los resultados empresariales.
  • El control de la información al que aspiraban empresas y profesionales hace solo unos años es una utopía. Tenemos casi la obligación, no obstante, de participar en las conversaciones que se generen en torno a nuestra marca. Pero ahora solo somos un actor más; la clave está en la reputación que nuestros públicos nos otorguen, en los sentimientos que seamos capaces de transmitir y en cómo se nos perciba.
  • Este escenario multiplica nuestra exposición a críticas y comentarios negativos y debe servirnos para que la prevención y gestión de crisis sea una asignatura diaria y no un propósito con buenas intenciones que nunca termina de materializarse.

Si cambiamos nuestra óptica, podemos encontrar un auténtico tesoro en nuestros errores. Hasta el punto de que nos revelen información valiosísima sobre nuestros productos o servicios que hace un tiempo era muy difícil de obtener… y carísima. ¡Hoy es gratis!

Your most unhappy customers are your greatest source of learning, Bill Gates

  • Una de las claves es lógicamente nuestra actitud. Existen una serie de valores imprescindibles sin los cuales es mejor no plantearse ninguna estrategia. La humildad, la transparencia, la honestidad… no se negocian. Si no los tienes, ya se encargarán de reclamártelos, pero quizá hayas de pagar un precio previo, demasiado alto.
  • Y por último, construye tu identidad digital a partir de los fundamentos que mejor te definan y te diferencien del resto. Porque, como afirma Andrés Pérez Ortega, si eres uno más, serás uno menos.

En resumen:

    1. El futuro es ahora
    2. La única alternativa es sumarse a la revolución o verse arrastrado por ella
    3. Ya hay estudios que demuestran cómo el entorno digital incide directamente en la cuenta de resultados
    4. Olvídate del control (de la información) y apuesta por la conversación
    5. La gestión de crisis ha pasado a ser un elemento central de las estrategias de comunicación
    6. El ecosistema digital requiere unos valores previos, inexcusables
    7. Construye tu identidad en torno a las cualidades que mejor te definan… y te diferencien.

Fuente de la imagen: Freedigitalphotos

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